2014年6月18日星期三

Chile destiñe a España y la echa del Mundial

Lejos de recuperarse tras el varapalo del debut, los de Del Bosque cuajan otro mal partido (0-2) que les cuesta la eliminación

España
0
Chile
2
Se acabó el Mundial para España. Así, sin paliativos. Nada le marchó a la selección en un partido que le tenía que servir de rampa de salida. Tras el 1-5 ante Holanda, los de Del Bosque perdieron 0-2 contra Chile y dijeron adiós con todo merecimiento a la competición que estaban defendiendo. El tercero de la liguilla, contra Australia, será del todo intranscendente y pondrá punto y final a una etapa que finalizó salvajemente. El célebre y reformado Maracaná asistió a la victoria de la Roja chilena, un conjunto compacto coronado con dos futbolistas excelentes: Alexis Sánchez y Arturo Vidal.
Del Bosque trató de sacudir el polvo sentando a Piqué y Xavi en detrimento de Javi Martínez y Pedro. El técnico buscó profundidad con el canario y más piernas y seguridad con el futbolista del Bayern, pero la cara de la selección no cambió respecto a la humillación del viernes. [Así hemos narrado el España contra Chile]
Desde el primer segundo se comprobó que la chispa de Chile, extensión sobre el césped del nervio de Jorge Sampaoli, podía ser tan o más ingobernable que el talento de Robben y Van Persie. Para muestra, el primer compás del encuentro en que Xabi Alonso, que perpetró una primera parte sencillamente nefasta, casi bate a Casillas por error. Los chilenos, de blanco contra el equipo que –dicen– les robó el apodo, destiñeron a su rival con fe, autoestima, solidaridad en la presión, contundencia, filosofía de bloque y ese punto de duende que España se dejó en casa. El problema, por lo visto, no lo tenía Xavi. La solución de Del Bosque no funcionó. El desastre fue coral, la caída estrepitosa.
En el minuto 19, Chile materializó su plan. La débil e imprecisa circulación española se encontró con una mala entrega de Alonso hacia a Ramos. El central, irreconocible desde que ganó la Décima, perdió el duelo contra Isla; Alexis condujo con dinamismo (y el espacio que no tiene en el Barcelona), dejó para el móvil Aránguiz y éste encontró en boca de gol a Vargas, que maniobró en una baldosa para meter el primero. España, que hasta ese momento solo había sobrevivido, encajó el golpe de la peor manera. Es cierto que los de Del Bosque pudieron empatar gracias a dos acciones de Alonso y Diego Costa –para olvidar la aportación del nueve brasileño en la selección–, pero ya nada salió. Ni lo difícil, ni lo fácil, ni lo viejo, ni lo nuevo.
Irreconocible, fundida y sin moral, la defensora del título fue, junto a Australia, la primera en despedirse del Mundial. Poco antes del descanso, Aránguiz selló el drama al aprovechar un rechace de Casillas tras un tiro libre botado por Alexis.
Solo un milagro servido por la épica hubiera salvado a la selección del ridículo, pero si algo ha enseñado esta generación de jugadores es que los triunfos, tan perseguidos durante décadas, se logran a través del juego. No hay más secreto que el que el fútbol tuvo la ocasión de degustar especialmente entre 2008 y 2012. A lomos del mejor Barcelona que se ha visto España lo ganó todo, pero la edad de unos, la falta de gobierno de otros y la degeneración del colectivo acabó con el ciclo por la vía rápida, sin medias tintas, igual que sucedió con la Francia de Zidane y compañía en Corea y Japón.
Volviendo al partido contra Chile, la segunda parte no tuvo más historia que la que se vio en la primera; los sudamericanos perdonaron un castigo mayor

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